27 de mayo de 2007

Banquete


Mi espíritu clama por un instante,

arde en ese recuerdo.
Ese momento en el que tu cuerpo tuvo hambre del mío,
que mi piel estuvo presa de la tuya.

No hubo frío en nuestra alma,

sino el calor de un infierno que traspasó los márgenes de nuestro sexo.
Tus cabellos fueron látigo de cinco puntas

rasgando mi carne que hervía y se retorcía sin freno.

Sin tiempo,
sin fin,
solo comienzos.
Donde poseer es compartir
y consumir es sorber cada esencia de nuestros cuerpos.
Pasión servida en inmejorables platos,
devorada en bocados de amantes hambrientos.

Tu sensualidad,

cubría el lecho con su aura,
era el sello del camino andado.
Las miradas abarcaban galaxias de sentimientos,
donde el tómame y el bésame era el lenguaje universal.

No existió jamás huracán mayor que el generado por las sábanas en nuestros cuerpos,
satén y amor giraban a la par,
se esparcía por doquier,
liberando un torrente de pasión

reflejado en nuestro rostro

y termina en remanso de paz de almohada.

Aquel día,

amamos

y perdimos la piel.

24 de mayo de 2007

Me incitas,me atrapas


La habitación rebosa calidez,
la que nuestros cuerpos emiten y propagan.
Siento tu pecho contra el mío,
sístole y diástole a la par.

Me incitas,
me atrapas,
te incito,
te atrapo.

Soy el cuenco de tus deseos,
tu mayor regalo y tormento.
Marcados estamos por el hierro de la pasión,
cada segundo en tu cuerpo es un tiempo aprovechado.

Me incitas,
me atrapas,
te incito,
te atrapo.

Tu siembras en mi cuerpo incontables pasiones,
yo recojo del tuyo los frutos de tu sensualidad.
Tu desgarras mis miedos con bocados desenfrenados,
yo coso cada duda con mi lengua.

Me incitas,
me atrapas,
te incito,
te atrapo
.

19 de mayo de 2007


La luna refleja en tu cuerpo,
la sombra de mi anhelo.

Curiosa fusión sin roce,
sin embargo,
estalla en mí el goze,
y descubro que existe un cielo.

Tan solo una noche necesito,
un tiempo indefinido,
marcado por el reinado de la argentea señora.

Sentir que tus labios arrancan de mí,
mordiscos de pasión.
Recibir y ofrecer nuestro aliento,
recorrernos con emoción contenida,
desatarnos al rato,
vivir nuestro particular tormento.

Que tu pecho desgarre mi mente en retazos inconclusos,
envuelvas mis sentidos con abrazos y promesas eternas.

Me encadenes sin remedio a tus caderas,
donde tu sexo sea la llave,
la llave de mi destino
y el consuelo a tu sensualidad desmedida.

17 de mayo de 2007

Susurros que gritan


Susurros que gritan,
arañan la tela del juicio.
Rebosan la dulce esencia de tu cuerpo,
empalagando mi sentidos.

Devoro cada milímetro,
cada rincón de tu piel.
Sujeto tu cintura que por efecto de mis besos,
arquea tu figura en arco de placer,
cuya flecha no es otra que el deseo.

¡Tu mirada escupe fuego,
tu boca encendida en lascivia!.

Mis labios lanzan la certera flecha...

Mi lengua es la que decide explorar su trayectoria,
en la diana de la entrepierna.
Recogiendo así cada detalle,
cada secreto escondido que ante mí se abre.
Un relámpago de placer rompe la noche,
apenas el preludio de la batalla.

Tus senos enmarcan la dirección de nuestro destino,
apuntan y disparan.
¡Brotan de mí la lujuria y el deseo!

Nuestros cuerpos se devoran,
bocado a bocado,
desgranan con descaro.

Me mata el calor,
estamos fuera de control,
todo carne y pasión.


A golpe de ariete con ritmo variable pero preciso
penetro en tu fortaleza.
Sin embargo nunca hubo rendición más clara
y batalla de tal entrega.
Me absorves
y consumes .

Mil y un relámpagos,
noche de tormenta.

Lluvia de sinrazón
y mordiscos lacerantes.
No existe conquista,
puesto que no es mi ser el que te domina,
sino tú,
la que te abres y recibes,
el recipiente de la pasión
y la furia del deseo.